Desde hace mucho tiempo se dice que los ojos no mienten, pues es en su mirada donde se refleja la verdadera esencia de una persona. Nuestra experiencia lo confirma: a veces la expresión por sí sola dice más que largos discursos. Sin embargo, como demuestra la investigación científica, no solo la expresión, sino también el color de los ojos, puede revelar mucho sobre los rasgos de personalidad.
La investigación sobre el ojo humano se ha realizado desde la antigüedad: incluso en la medicina antigua y en los tratados chinos, se prestaba atención a la relación entre el iris y la salud. Esto dio origen al campo de la iridología, un método de diagnóstico que permite juzgar el estado físico y mental de una persona a partir de la apariencia de los ojos.
Color de Ojos y Personalidad: Tipos Principales

Ojos Marrones.
El tono más común se encuentra en más de la mitad de la población. Quienes tienen ojos marrones se consideran amigables, carismáticos y abiertos, aunque sus sonrisas a menudo esconden un secreto. Son curiosos, receptivos y propensos a sentimientos profundos, pero también pueden ser perezosos y algo superficiales. Ojos Verdes.
Este es un color raro y misterioso, presente en un pequeño porcentaje de la población. Las personas con ojos verdes suelen ser creativas, encantadoras y emotivas. Valoran la sinceridad y la pasión, son celosas y sensibles al juicio de los demás.
Ojos azules.
Su bajo contenido de melanina los hace especialmente llamativos. Las personas de ojos azules son seguras de sí mismas, diplomáticas e introspectivas. Creen en la amistad y la justicia, saben mantener la distancia y rara vez ceden a la ansiedad.
Ojos grises.
Un tono poco común, a menudo percibido como misterioso. Las personas con ojos grises se caracterizan por la prudencia, el perfeccionismo y la cautela. Son reservadas, pero extremadamente honestas y precisas en sus acciones.

Ojos negros (marrón muy oscuro).
La alta concentración de melanina le da al iris un tono intenso, casi negro. Estas personas son enérgicas, decididas y de carácter fuerte. Se caracterizan por su fuerza interior, valentía y pasión por la competición. A menudo son excelentes atletas o líderes.